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¿VESTIR “BIEN” PARA LA EUCARISTÍA?

Roland S. Hawkins

¡Alabado sea Jesucristo!

Cordial saludo mis amigos.

En los días de pandemia, recuerdo que enviaron a uno de los grupos de whatsapp en los que estoy, una especie de indicaciones acerca de la mejor manera de asistir a las misas por televisión o por internet, y uno de los puntos recomendaba, que por lo menos no estuviéramos en pijama, en lo posible; a lo que alguien respondió que por cosas como esas la Iglesia ahuyentaba a la gente, por esas exigencias.

Recuerdo hoy, la manera como iba a misa cuando era pequeño, según la oportuna orientación de mis padres, que Dios los bendiga, y aprovecho para homenajearlos como los pastores más amorosos, orientadores y dignos de mi familia. Gracias a esa orientación, la asistencia a la Eucaristía estaba llena de respeto y de alegría, y esto comenzaba con la forma en que, por convicción propia, iba vestido.

Recuerdo también, en la época que viví, por cuestiones de trabajo, en San Andrés (Islas), como admiraba ver la forma como van a su culto nuestros hermanos bautistas, hermanos separados que merecen todo mi respeto, y que asisten realmente elegantes, como si fueran para una fiesta, desde los más pequeños hasta los más viejos, de blanco impecable generalmente.

Esto de estar lo más presentable posible en la misa, no es una obligación de la Iglesia, es una convicción propia. Esto no quiere decir que, si vas al templo en vestido de baño y en chancletas, como vi alguna vez a una persona en Santa Marta, Dios te va a rechazar, o que estés cometiendo pecado. No es lógico para mi pensar eso, Dios perdona cosas realmente graves, así que por ahí no es la cosa.

Te voy a decir, como lo interpreto yo, y para eso te pongo el ejemplo de un amigo que se va a casar o que va a celebrar algo especial y te invita a la fiesta, y te dice, “tranquilo, puedes ir como quieras, yo no me voy a molestar”. Estoy seguro que, por respeto a tu amigo y a los demás asistentes a la fiesta, vas a ir vestido de la forma más presentable y digna que puedas, y que tus recursos te lo permitan.

Pues bien, no hay un amigo más fiel y más amoroso que Nuestro Señor y no hay fiesta más sublime que la Sagrada Eucaristía. Si tu asistes a la misa es porque sabes, o por lo menos sospechas, estas dos cosas que acabo de decir. Entonces, ¿cómo no estar bien vestido? No elegantes, pero por lo menos como nos vestimos para ir a trabajar o para salir a la calle en un día entre semana. La Iglesia Católica no nos lo exige, nos lo recomienda, nos sugiere que, teniendo en cuenta que Dios nos da todo, nos protege, nos guía, es Nuestro Padre, lo vayamos a visitar de la mejor forma posible y en la mejor disposición.

Pensar que la gente se aleja por cosas como estas es triste, y créanme que somos los católicos de los más relajados en este tema. Así que, si nos quejamos en lo poco, por algo tan simple, ¿cómo queremos, como dice el evangelio de San Lucas 16:10, responder y ser fieles en lo mucho como debe ser, lo cual implica sacrificios mucho más grandes?

Dios los bendiga.

PARROQUIA NUESTRA SEÑORA DEL CAMINO
Bogotá, Colombia

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