A todos los hombres y mujeres de buena voluntad.
Expreso mi más sincero saludo a cada uno de Ustedes, junto con sus familias. Quien se dirige a Ustedes es un hermano más que compartiendo “los gozos y alegrías, las penas y angustias” de nuestra vida, desea hacer camino con esta comunidad tan caracterizada por sus valores, su talante y su deseo de una sociedad más justa y humana. Por eso, este saludo inicial no se dirige, únicamente, a la comunidad cristiana católica, sino a cada uno, independiente de nuestro credo, profesión de fe; nos reconocemos hermanados en el deseo de un mundo más justo y humano, proclamación que está sintonizado e inscrito en el Evangelio que anunciamos.
Las sombras que en diversos momentos envuelven nuestra vida, no pueden opacar este anhelo de ciudadanía, construida en el andamio de la reconciliación y forjada en el corazón bondadoso de nuestro pueblo que busca la paz. Además, hemos de ser conscientes que este sueño que no es una mera utopía nos compromete a todos, para que asumiendo una participación activa, respetuosa y responsable desde nuestros diversos ambientes de vida edifiquemos, en los pequeños gestos de nuestro diario vivir, una ciudadanía renovada que lleve a la valoración de la vida, siendo así un faro luminoso en estos contextos recrudecidos de violencia por los que atraviesa nuestra nación.
La constatación es evidente, es un camino largo, pero no estamos solos, caminamos juntos, nos reconocemos, identificamos rostros, edades, razas, culturas que palpitamos en un mismo corazón, con la mirada fija en lo alto y dejando sembrada nuestra huella.
No puedo terminar este saludo, sin expresar mi más solidaria cercanía a las familias que han atravesado momentos de dolor ante la muerte de sus seres queridos a causa de esta pandemia, los acompaño con mi plegaria, en una certeza: siempre la vida es más fuerte incluso más que la misma muerte. Dirigiendo, además, un especial y cariñoso saludo a toda la comunidad parroquial de Nuestra Señora del Camino, continuamos haciendo camino, en el anuncio gozoso del Reino de paz, de justicia, de humanidad a ejemplo de Jesús el Señor.
A cada uno de los lectores de estas breves letras, a quienes llegue este saludo mis mejores deseos en este nuevo año y recuerden que vamos juntos en la misma barca, en este mar de nuestra vida.
Con especial afecto de hermano;
Sergio Daniel Salamanca Hernández, Pbro.
Párroco de Nuestra Señora del Camino.