Expreso mi más sincero saludo a cada uno de Ustedes, junto con sus familias. Quien se dirige a Ustedes es un hermano más que compartiendo “los gozos y alegrías, las penas y angustias” de nuestra vida, desea hacer camino con esta comunidad tan caracterizada por sus valores, su talante y su deseo de una sociedad más justa y humana. Por eso, este saludo inicial no se dirige, únicamente, a la comunidad cristiana católica, sino a cada uno, independiente de nuestro credo, profesión de fe; nos reconocemos hermanados en el deseo de un mundo más justo y humano, proclamación que está sintonizado e inscrito en el Evangelio que anunciamos.
Utilizamos cookies propias y de terceros para ofrecer una mejor experiencia.
Al continuar navegando, autoriza su uso de acuerdo a nuestra Política de Tratamiento de Datos Personales y manejo de cookies. AceptoLeer más